sábado, 3 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z (World War Z, Marc Forster, 2013)


Apocalipsis zombie "serie A" 
by Daniel Reigosa



Año: 2013 Duración: 116 min. País: Estados Unidos Estados Unidos Director: Marc Forster Guión: J. Michael Straczynski, Matthew Michael Carnahan (Novela: Max Brooks) Música: Marco Beltrami Fotografía: Robert Richardson Reparto: Brad Pitt, Mireille Enos, Daniella Kertesz, David Morse, Matthew Fox, Eric West, James Badge Dale, David Andrews, Ludi Boeken, Fana Mokoena, Abigail Hargrove, Elyes Gabel, Pierfrancesco Favino, Moritz Bleibtreu, Ruth Negga Productora: Paramount Pictures / Skydance Productions / GK Films / Plan B Entertainment / Apparatus Productions / Hemisphere Media Capital / Latina Pictures


Cuando tu película lleva el mismo título que uno de los mayores best-sellers de los últimos tiempos, la atención del público y crítica está garantizada, eso sí, debes saber también que las comparaciones serán ineludibles. En este caso el parecido entre novela y libro se queda simplemente en el título, ya que mientras la novela de Max Brooks (hijo del director Mel Brooks) realiza un profundo análisis de los vicios de la sociedad exponiéndola (de manera documental y documentada) ante un ataque zombi mundial, la película esquiva cualquier análisis y se limita a cumplir como película de acción. Quien haya leído el libro (bastante recomendable, por cierto), sabrá que su adaptación al cine se presenta, cuanto menos, complicada. Haría falta un director más arriesgado que se atreva a filmar una especie de falso documental (creo que es la única manera de hacer este proyecto viable) y que trabaje desde una productora (aquí está la Paramount, paradigma de poco riesgo) más independiente que pueda apostar por este tipo de proyectos.

Uno de los aspectos fundamentales de la película es la movilidad y reacción de los zombies. Estamos acostumbrados a muertos vivientes de movimientos perezosos, arrastrándose en busca de comida, extremadamente patosos pero esencialmente lentos. Este tipo de zombis funciona a la perfección para hacer autocrítica de una sociedad dormida, en la que el exceso de tecnología nubla cualquier intento de movilización, una sociedad únicamente pendiente de satisfacer (de cualquier manera) sus necesidades más básicas, y en la que la superficialidad suple las carencias culturales. Es la era del todo vale y en la que existe relación directamente proporcional entre felicidad e ignorancia. En este tipo de películas subyace una profunda reflexión sobre nuestros valores y sistemas socio-económicos, poniendo en duda y haciendo tambalear su planteamiento desde los cimientos más profundos.

Por el contrario, los zombis de Guerra Mundial Z son rápidos, con un instinto depredador más agresivo, así como también se les intuye una cierta capacidad de trabajo en grupo. Simplemente con este cambio, que por otro lado ya empezaron a mostrar series como Dead Set: Muerte en directo (Dead Set, Charlie Brooker, 2008) o sagas cinematográficas como Resident Evil, el concepto cambia radicalmente. De análisis de la sociedad a película de terror con monstruos; de olor a clasicismo de las películas de George A. Romero a la modernidad apocalíptica con la invasión de una nueva especie; de los sonidos agónicos alargados a los gritos agresivos, etc. No obstante, en la serie Dead Set, seguía existiendo una fuerte crítica social, pero en este caso caía del lado de los vivos, ya que la serie estaba ambientada en un plató de Gran Hermano mientras el resto de la humanidad caía bajo la amenaza de los muertos vivientes (panorama desolador si los únicos supervivientes son los concursantes de un reality show y sus presentadores).

Otro aspecto fundamental que culmina en Guerra Mundial Z -y que ya viene pronunciándose desde hace varios años-, es la consolidación del género zombi como un género de moda, apto para superproducciones e incluso de carácter familiar, ascendiendo de categoría desde la "Serie B" en la que parecía permanecer de por vida hasta el "blockbuster" alcanzado con la película de Marc Forster. Series como The Walking Dead o películas como la anteriormente mencionada Resident Evil (y sus secuelas posteriores), 28 días después (28 Days Later..., Danny Boyle, 2002) o Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Zach Snyder, 2004) han focalizado en los zombis el término apocalíptico, reemplazando a los desastres naturales tan machacados y sobreexplotados de finales de los 90.

Volviendo a la película, ésta aguanta bien, con un guión que funciona gracias a un par de decisiones acertadas (aunque cumpliendo con exactitud milimétrica los patrones más convencionales del cine comercial actual) y con escenas muy impresionantes: como la primera aparición de los muertos vivientes en un atasco en Philadelphia o la fantástica secuencia ambientada en Israel con el asalto de una masa de zombis al muro gigante construido por las autoridades para aislar el país.

Aquí el héroe (el único) es Brad Pitt pero, aunque no desentona en el papel, falta sensación de que lo que está ocurriendo es a escala mundial y de proporciones desorbitadas (algún apunte en forma de noticias en la TV o imagen aislada). Los zombis, como comentábamos anteriormente, son bestias salvajes agrupadas en hordas imposibles de detener lo que, unido a la dinámica y frenética cámara del director provoca pocos momentos de relax (casi todo es acción) a lo largo del film con lo que queda poco espacio para la planificación y estrategia, algo de lo que más abunda en el libro (exceptuando una gran escena al final en la sede de la OMS que no desvelaremos, pero en la que la pausa, el raciocinio, el miedo y el suspense se mezclan con inteligencia para mantener al espectador pegado a la butaca).

Se trata de un producto comercial de alto nivel pero que, siendo estrictos, contiene demasiados vicios hollywoodienses que no se deberían pasar por alto, como iniciar una conversación en un edificio y continuarla en la siguiente escena en un coche para dar continuidad, focalizar demasiado la cámara en la cara de Brad  Pitt  para deleite de sus seguidoras (o seguidores) o la anticipación constante del "todo saldrá bien" -generalmente impuesto por los estudios- para que el público salga con buen sabor de boca tras la actuación del héroe de turno. Este compendio de errores y vicios formales hacen que un servidor no acabe de disfrutar del todo con la película...a fin de cuentas yo prefiero a los zombis de Romero.




No hay comentarios:

Publicar un comentario